Cuando empecé este blog en el 2013, éramos una familia conformada por: mamá, papá, nuestra hija adorada Kiara y nuestro peludo y bigotudo Zeus …
En febrero 2015 llegó nuestro hijo Matthew que trajo consigo aún más luz, amor y felicidad a nuestro hogar.
Soy una persona que camina con fe y gratitud en la vida, me encanta transmitir y contagiar a mis hijos de esa alegría espontánea que nos caracteriza a los latinos, razón por la cual en casa no falta la música, los juegos, las risas y la alegría de vivir.
Las bases en nuestro hogar son: Amor, respeto, convicción, paciencia, mucha creatividad y libertad; Libertad de pensar, actuar, decir lo que sienten, de equivocarse, aprender de los errores y crecer.
Como mujer y madre trato de darles lo mejor de mí, pero tengo que confesar que cada día aprendo más de mis hijos. Con ellos soy feliz disfrutando de las cosas más simples de la vida.
Amo ser esposa y madre…
Mi esposo y mis hijos son mi fuerza, mi fortaleza y mi inspiración ...
Nuestra casa está en París y nuestro hogar lo llevamos con nosotros a donde vayamos, somos una familia, que le encanta viajar, descubrir el mundo y dejarnos impresionar por su belleza.
He tenido la suerte de poder viajar desde muy joven y cada persona, país, cultura que he cruzado en este maravilloso viaje que se llama vida. Han dejado en mi ser una marca única, especial y positiva.
Tener una visión más cosmopolita del mundo en el que vivimos, tener una mente más abierta, enriquecernos culturalmente, convertirnos en personas más tolerantes y respetuosas es lo que he conseguido viajando, y mi gran deseo como madre es que mis hijos descubran con sus ojos y su alma, que el mundo es un lugar maravilloso, lleno de belleza, magia, encanto y que en ello, encuentren la riqueza del ser humano que se basa en respetar y ser respetado.
La maternidad ha sido solamente un maravilloso regalo pero es también mi más grande proyecto de vida.
Pienso que la única manera de conseguir que este mundo este lleno de armonía y equilibrio e igualdad para todos.Es colocando millones de semillas llenas de amor y respeto a diario en el corazón de nuestros niños, solo así ellos crecerán con conciencia de que estamos aquí para hacer de este mundo un lugar mejor para todos.
Soy una persona demasiado positiva, demasiado soñadora y creer siempre que el mundo está cambiando y cada día es mejor me produce felicidad. Soy una persona buena de corazón y soy consiente que sigo constantemente un trayecto de evolución personal y espiritual y que estamos aquí haciendo cada uno de nosotros lo mejor que podemos.
También sé que para que llegue el cambio que todos deseamos tengo que aportar mi granito de arena y trato siempre de tender mi mano al prójimo y enseñarle a mis niños la gran satisfacción que hay en ayudar a los demás.
¡También quiero confesar que soy culpable !!
Sí, soy culpable de amar demasiado a mis hijos, a mi esposo, a mi familia; Soy culpable de decirles mil veces que los amo, de llenarlos de besos, abrazos a diario y de decirles lo muy importantes que son para mí.
Soy culpable de haber mostrado la magia que se esconde detrás de un te quiero, una sonrisa, un por favor y un gracias.
Tan solo tengo un deseo: Ver unos niños que crecen felices, seguros de sí mismos y entusiasmados con la vida. Nadie me garantiza el éxito pero daré todo de mí para que estos niños en el futuro sean unos adultos con éxito, unos adultos de bien.